miércoles, 16 de noviembre de 2011

ADISHAM







A unos tres kilómetros de Haputale, en las montañas de Sri Lanka se encuentra Adisham. Una caminata corta y bonita, te lleva hasta allí sin esfuerzo. Es una zona alta, 1431m sobre el nivel del mar, donde no hace calor y caminar es agradable.
Haputale está rodeada de plantaciones de té. Un té introducido por los británicos a mediados del siglo XIX. La mayoría de las mujeres del área, trabajan temporalmente en la recolección de las hojas de té. No es un trabajo fácil, hay que tener paciencia, delicadeza y fortaleza. Para llegar a Adisham hay que cruzar una de estas plantaciones. Si pasas por allí entre mediados de marzo y mediados de junio, puedes ver el trabajo de estas personas y oír sus cantos. Cantar es una forma de aliviar el trabajo y de hacerlo menos pesado.
La Reserva Natural de Tangamalai donde se conserva un bosque autóctono y una reserva de aves, también se encuentra en el camino.

Adisham es hoy en día, un monasterio benedictino donde un pequeño grupo de monjas reza, cuida el jardín, venden mermeladas caseras y fruta de la zona. También llevan una posada, en una parte del edificio, donde si se quiere, uno puede pasar la noche.
Pero no siempre fue así, este lugar fue construido en estilo neo tudor en 1931, como lugar de descanso de Sir Thomas Lister Villiers y su familia.
Villier había nacido en Adisham en 1869, en el condado de Kent, Inglaterra. Emigró a Sri Lanka, entonces Ceilán, para trabajar con una compañía inglesa que se dedicaba al comercio. Allí conoció a su primera mujer, Evelyn Hope, hija de un terrateniente con plantaciones de té. Los primeros años de casados, los pasaron en Brasil. Más tarde regresaron a Ceilán. Donde Villier siguió enriqueciéndose con sus negocios.
A principios del siglo XX, un Sir Thomas sexagenario, mandó construir una casa de campo que recordaba a su Inglaterra natal y le puso el nombre de Adisham, como su lugar de nacimiento. Luego importó muebles, porcelana, cristalería, alfombras, todo lo que una casa noble necesitaba, de Inglaterra. Decoró las paredes de la casa con los retratos de sus antepasados, los Clarendons y los Duques de Bedford. Organizó una biblioteca y un jardín de estilo inglés con rosales, camelias, rododendros, araucarias, jacarandas. Quería sentirse como un noble inglés en su Inglaterra natal sin darse cuenta de que se encontraba en el trópico a miles de kilómetros de su isla europea.
A lady Villiers, la mujer de Sir Thomas, le gustaba pintar y para ella se construyó un estudio en Adisham. Todavía se pueden ver algunas acuarelas y óleos pintados por ella.
Adisham fue visitado por los gobernantes y hombres de negocios británicos y por las visitas ilustres que llegaban a Ceilán. En las fiestas que se celebraban, no faltaba el gobernador de la isla, el virrey vivía en India.
Con la Segunda Guerra Mundial, las cosas cambiaron y los ceilandeses comenzaron a pedir la independencia. El 4 de febrero de 1948, Ceilán se independiza de Gran Bretaña.
Los Villier abandonan el país. Sir Thomas vuelve a su Inglaterra natal. Deja para siempre su casa de campo y la isla que le había enriquecido. Escribe un libro sobre la industria del té, Some Pioneers of Tea Industry.
Adisham comienza su decadencia, hasta que en los años sesenta, es comprada por la Congregación de St. Sylvester, una suborden benedictina.
Sir Thomas muere en Inglaterra en 1959 y en una isla lejana, le sobrevive una casa de piedra, en medio de las montañas, en medio de los campos de té.
Las mujeres siguen cantando, mientras recogen las hojas de té, se trabaja mucho y se gana poco, pero necesitan el dinero para seguir viviendo.

Mireya Martínez-Apezechea

No hay comentarios:

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails