martes, 8 de febrero de 2011

ADELFOFAGIA

Leyendo los diarios on-line sobre de la situación política en Argentina y después de haber estado un tiempo en esa hermosa tierra austral, observo que, con todo un abanico de conflictos como telón de fondo (alto consumo con inflación entre un 22 y un 27 % según cálculos privados; gremialistas y sindicatos que piden aumentos de sueldos del orden del 35%, inseguridad; asesinatos, mafias, pobreza, luchas de pobres contra pobres, falta de billetes, medicamentos adulterados, cargamentos de drogas que salen de los aeropuerto sin control alguno, el precio de las propiedades por las nubes, fondos de dudosa procedencia para financiar campañas electorales y un largo etc.) hay, (existen son reales, se ven, se palpan) extraños movimientos internos dentro del partido gobernante de cara a las elecciones presidenciales del corriente año.

Léase, la sublevación de algunos intendentes del superpoblado conurbano bonaerense y de algunos gobernadores que están en desacuerdo (y se animan a sacar los pies del plato) con las políticas de la Presidenta, que pareciera negar la realidad, como si estuviera mirando otro canal o viviendo en otro país.
Y del otro lado, están los obsecuentes de siempre, aquellos funcionarios que están en completo acuerdo y defienden a libro cerrado y a capa y espada las políticas de la Señora. Lo mismo sucede con los legisladores que responden ideológicamente y sin miramientos a la cabeza, dentro de la misma estructura vertical de poder (la cual pareciera que comienza a resquebrajarse) y están aquellos, en un número cada vez mayor, que ya no responden y ponen reparos y cuestionamientos al Ejecutivo, o sea legisladores que en su momento transformaron el Parlamento en una simple escribanía, firmando todo lo que venia de Presidencia sin mirar y hoy están en desacuerdo con las políticas oficialistas.
Se comienza a percibir una cierta indisciplina, ciertos movimientos de querer asomar la cabeza y salir del vientre K cuanto antes, impensable hasta hace sólo unos meses, cuando todavía estaba vivo el ex presidente.
Cuando la autoridad comienza su ciclo de caída libre, se huele y algunos políticos tienen el olfato muy afinado para detectar el momento justo en que el mando comienza a escabullirse como arena fina de entre los dedos del inquilino de turno de la casa Rosada. Estos movimientos de rebelión encendieron luces amarillas en las entrañas del poder, en lo que parecía ser un cuerpo muy sólido y compacto, pero la realidad esta demostrando otra cosa y las luchas intestinas por conservar el poder (o simplemente para sobrevivir a él) ya comenzaron a nueve meses de las elecciones. Sobrevivirán y llegarán los más fuertes, los débiles serán devorados por esa cruenta pelea entre hermanos que se avecina. Esto recién comienza.

Esta situación es lo más parecido a la Adelfofagia, un término que no había oído antes (lo escuché en una serie del canal FOX) y me dejó pensando un largo rato: Adelfofagia; canibalismo intrauterino. Tras buscar en diccionarios y en internet, encontré que el canibalismo intrauterino o adelfofagia, es una peculiaridad de la reproducción de algunos animales ovovivíparos como el tiburón blanco, (fotografía superior) o ciertos anfibios como las salamandras. Los animales ovovivíparos ponen huevos, pero éstos se desarrollan en el útero materno hasta su eclosión. En algunos casos, los huevos que primero eclosionan dentro del útero y dan lugar a crías más fuertes que se comen a sus hermanos eclosionados o por eclosionar, de esta forma, por ejemplo, de los entre diez y catorce huevos que puede albergar en su útero una hembra de tiburón blanco, termina pariendo sólo dos, eso si, se tratará de dos crías fuertes e independientes que se alejarán rápidamente de la madre para que ésta no haga con ellos lo mismo que hicieron con sus hermanos.


Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
O.M.

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