martes, 14 de septiembre de 2010

DESTRUCCIÓN Y RECONSTRUCCIÓN DE VARSOVIA.

El 1 de septiembre de 1939 el ejército alemán cruzaba la frontera polaca, este iba a ser el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Unos días después, el 16 de septiembre Varsovia caía en manos del ejército invasor. Durante los siguientes cinco años, Polonia fue administrada por el gobierno nazi.
Un año después, los judíos varsovianos fueron conducidos a una pequeña parte de la ciudad. Era octubre de 1940, en noviembre un muro rodeaba la zona, quedando inaugurado el mayor gueto de la Europa invadida por los nazis. Durante año y medio 450.000 personas vivieron hacinadas en aquel lugar. Hasta que en mayo de 1942 se abrió el campo de exterminio de Treblinka, cerca de Varsovia. El gueto comenzó a vaciarse, todas las personas que no trabajaban, que no producían ningún beneficio desde el punto de vista de los nazis, fueron conducidas al campo de exterminio. Niños, ancianos, enfermos… desaparecieron en Treblinka.
Los habitantes del gueto vieron que no les quedaba más remedio que luchar y en abril de 1943 se levantaron contra sus verdugos. El gueto fue aniquilado por los nazis.
Tras estos sucesos, el 1 de agosto de 1944, el ejército polaco en la clandestinidad y la resistencia se levantaron. Durante dos meses estuvieron luchando contra el ejército alemán, pero no tuvieron fuerzas suficientes. Los aliados no les ayudaron. El ejército soviético no se encontraba lejos de Varsovia, pero no intervino. En la noche del 2 de octubre, los polacos firmaron la capitulación.
Después de aquello, el ejército alemán decidió destruir la ciudad. Edificio por edificio, casa por casa, toda la ciudad se convirtió en objetivo militar. Un noventa por ciento de los edificios fueron destruidos. La ciudad estaba en ruinas.
Los alemanes abandonaron Varsovia y en enero de 1945 entro el ejército rojo.
Varsovia había tenido un millón de habitantes antes de la guerra, cuando llegaron los soviéticos se encontraron con una población de alrededor de ciento cincuenta mil habitantes.
Existen filmaciones de la época donde se puede ver como quedó la ciudad.
En la película El Pianista, Roman Polanski nos lleva a la Varsovia invadida y viéndola nos podemos hacer una idea de lo que ocurrió.
Polanski se basó en el libro escrito por el pianista polaco Wladylaw Spilman, que en 1945 escribió la experiencia vivida por el mismo en el gueto de la ciudad. El libro no gustó ni a vencedores ni a vencidos y estuvo ignorado hasta que en 1998 fue publicado en varias lenguas. Hay una edición en castellano en la editorial Amaranto.
Pero tras la destrucción de Varsovia, comenzó la reconstrucción de la ciudad. Los polacos necesitaban volver a tener su capital. Reafirmarse como una nación.
A finales de enero de 1945 se comenzó a reconstruir la ciudad. Fue difícil, todavía había cadáveres debajo de los escombros, había que abrirse camino para llegar a los sitios, había objetos de valor perdidos en medio de las ruinas y había mucha necesidad.
Se creó el Buró de Planificación y Reconstrucción que terminó siendo el Ministerio de la Reconstrucción.
Se tuvo que organizar el trabajo, desescombrar, sacar los cadáveres, intentar que no se robase nada que tuviera valor, recuperar el propio material para luego reutilizarlo, poner otra vez en funcionamiento el alcantarillado, remover los escombros con cuidado porque, todavía había restos de material explosivo.
El trabajo era inmenso, pero las ganas de volver a poner en marcha la ciudad también lo fueron.
Habían desaparecido archivos y documentos, algunos se recuperaron, pero fue de gran ayuda los cuadros que había realizado Bernardo Bellotto “Canaletto el joven”. El pintor veneciano del siglo XVIII que, vivió dieciséis años en la ciudad. Los cuadros del sobrino de Canaletto, fueron muy importantes en la reconstrucción de edificios.
El trabajo que se hizo fue tan magnífico que cualquiera que pasee hoy por las calles de la Stare Miasto (el casco antiguo) y que no sepa nada de lo que ocurrió allí, puede creer que está contemplando una ciudad medieval y barroca.
La UNESCO lo entendió así y en 1980 reconoció esta reconstrucción como Patrimonio de la Humanidad.

Mireya Martínez-Apezechea


2 comentarios:

Mauricio Milano dijo...

Realmente increíble. No conocía este episodio de la Segunda Guerra Mundial, o al menos no lo recordaba. Algo tan humano, eso de destruir y reconstruir...

Saludos

Grullas en Red dijo...

Mauricio, muchas gracias por tu comentario.
Saludos!

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